LA ÉTICA DE LA INVESTIGACIÓN: entre la biotecnología y la humanidad
La discusión sobre las bondades de lo natural y los perjuicios de lo artificial se daba desde el pasado. Ya en el siglo XVIII Juan Jacobo Rousseau expuso “volver a lo primitivo, al paraíso de los instintos, al buen salvaje” esa criatura que, según él, “es cándida y generosa mientras no se la contamine de civilización.” En la actualidad se rinde un verdadero culto a un nuevo ídolo llamado ecologismo.
En términos generales podríamos distinguir a los primates más avanzados -los humanos- por su capacidad de modificar la naturaleza y ponerla a su servicio. La forma en que lo ha hecho, utilizando desde las más rudimentarias herramientas hasta los instrumentos más finos, delicados, precisos y sofisticados, es lo que se conocemos como tecnología.
El desarrollo tecnológico, aparejado a la generación y acumulación de conocimiento, ha dado lugar a una verdadera explosión de nueva información, símbolo de nuestra civilización moderna. A tal punto se ha avanzado, que la tecnología ha sido aplicada a los más inpensados campos del quehacer humano. Una de aquellas incursiones es la denominada biotecnología.
Sin embargo, paralelamente, pero a contracorriente, fluye una tendencia que amenaza la misma subsistencia humana. El comportamiento del hombre frente a su prójimo, evidente en la ola de corrupción que infiltra todos los estamentos de la sociedad, nos sitúa frente al insoslayable tema de la ética.
¿Podemos convivir sin ética? ¿La investigación científica está exenta de un código de comportamiento? ¿La tecnología es inocua? ¿El progreso humano fundado en la cultura y civilización, tendrá un final prometedor o por el contrario, conducirá al hombre a un estado de deshumanización que extinguirá a la raza humana?
Estas y otras reflexiones e interrogantes serán abordadas en este encuentro académico. El ingenio humano no tiene límites, tampoco la ambición humana.
Breve curriculum:
Nombre: Dr. David Bastidas Hidalgo
Nacionalidad: ecuatoriano (quiteño)
Profesión: médico especialista en medicina interna.
Actividad profesional: libre ejercicio
Actividad académica: ex jefe de cátedra de Semiología, docente de fisiología endocrina, oratoria, matemática.
Cargos: Director General de Posgrados de la Universidad Internacional del Ecuador, Presidente del comité de ética para la investigación en seres humanos (CEISH) de la Universidad Internacional del Ecuador (UIDE).
Actividades complementarias: conferencista de temas humanistas, estudios teológicos y filosóficos.
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Dr. David Bastidas
LA ÉTICA DE LA INVESTIGACIÓN: entre la biotecnología y la humanidad
La discusión sobre las bondades de lo natural y los perjuicios de lo artificial se daba desde el pasado. Ya en el siglo XVIII Juan Jacobo Rousseau expuso “volver a lo primitivo, al paraíso de los instintos, al buen salvaje” esa criatura que, según él, “es cándida y generosa mientras no se la contamine de civilización.” En la actualidad se rinde un verdadero culto a un nuevo ídolo llamado ecologismo.
En términos generales podríamos distinguir a los primates más avanzados -los humanos- por su capacidad de modificar la naturaleza y ponerla a su servicio. La forma en que lo ha hecho, utilizando desde las más rudimentarias herramientas hasta los instrumentos más finos, delicados, precisos y sofisticados, es lo que se conocemos como tecnología.
El desarrollo tecnológico, aparejado a la generación y acumulación de conocimiento, ha dado lugar a una verdadera explosión de nueva información, símbolo de nuestra civilización moderna. A tal punto se ha avanzado, que la tecnología ha sido aplicada a los más inpensados campos del quehacer humano. Una de aquellas incursiones es la denominada biotecnología.
Sin embargo, paralelamente, pero a contracorriente, fluye una tendencia que amenaza la misma subsistencia humana. El comportamiento del hombre frente a su prójimo, evidente en la ola de corrupción que infiltra todos los estamentos de la sociedad, nos sitúa frente al insoslayable tema de la ética.
¿Podemos convivir sin ética? ¿La investigación científica está exenta de un código de comportamiento? ¿La tecnología es inocua? ¿El progreso humano fundado en la cultura y civilización, tendrá un final prometedor o por el contrario, conducirá al hombre a un estado de deshumanización que extinguirá a la raza humana?
Estas y otras reflexiones e interrogantes serán abordadas en este encuentro académico. El ingenio humano no tiene límites, tampoco la ambición humana.